...en las buenas y en las malas

Amiga:

Te agradezco que hayas tenido la confianza de contarme lo que te sucede, sé que no fue fácil para ti hacerlo y no porque pensaras que yo te juzgaría y/o rechazaría (lo cual te agradezco aún más, porque significa que realmente me conoces), sino porque no es algo sencillo de contar.

Ahora que lo sé, comprendo la actitud que tuviste conmigo durante casi dos semanas, pero no comprendo cómo pudiste estar esas dos semanas reprimiendo tus emociones, guardándolas, sonriendo cuando llorabas por dentro...

Para serte sincera, me hubiera gustado nunca haber escuchado lo que dijiste, sin embargo, ambas sabemos que nuestra amistad implica momentos de felicidad, pero también de tristeza... Sé que después de la noticia dije nada, pero eran tantos los pensamientos que llegaron a mi y era tan inmenso el miedo que sentí que solo pude quedarme callada.

No sé lo que vaya a pasar, quisiera poder decirte que todo estará bien, quisiera poder aminorar tu dolor, más lo único que puedo ofrecerte es mi compañía, mi apoyo incondicional y tratar de darte ánimos para salir victoriosas de esta guerra, porque no lo harás sola, siempre que me lo permitas estaré contigo...

Quisiera poder decirte que tengo miedo, que me aterra pensar que puedo perderte, quisiera poder llorar frente a ti, decirte que no sé si pueda ayudarte tanto como tú lo necesitas... ¿Realmente seré de ayuda para ti? No lo sé, pero te aseguro que haré todo lo posible...

Te quiero y estaremos juntas, en las buenas y en las malas...