Ni llorar es bueno ;(

Creo que debo hacerme una limpia; tal vez deba ir en busca del brujo mayor, o cualquier otro de Catemaco u Oaxaca (Cuba no porque saldría más caro el viaje, aunque podría traer puros y venderlos), ir a bailar a chalma organizar otra peregrinación o cualquier otra cosa que me traiga buena suerte. No sé por qué (juro que me baño todos los días), pero he tenido tan mala suerte que ya me estoy preocupando.
Mi triste historia comienza en Septiembre del 2007, yo era muy feliz porque me había comprado un celular con mi primer sueldo (la compra fue un año atrás), el teléfono me encantaba y mis llamadas ya eran de $1.00 por minuto, pero un lunes 10 de septiembre abordé un taxi con mi comis; en el trayecto ibamos chismeando (como de costumbre) pero tuvimos que interrumpir nuestro intercambio de opiniones porque el taxista manejaba como si le hubiesemos pedido que nos llevara al "más allá". Como yo me bajé al final, yo pagué el taxi, no sin antes pelearme con el taxista porque me estaba cobrando más de lo que debía y, entre las prisas y el coraje, se me cayó mi cel. Yo me dí cuenta inmediatamente que cerré la puerta pero el taxista se arrancó, le marqué dos veces pero nunca me contestó...apagó el celular. Total que lloré media hora hasta que el pastel de chocolate que había comido hizo efecto. Ese fin de semana llevé a mi madre a comprar un celular (este también lo pagué yo).
Esta nueva adquisición fue bastante buena, todos me decían "está super chido tu cel" y yo sonreía y se los presumía. Con este celular duré dos meses, este no lo perdí, se lo doné a mi hermana que estaba incomunicada, ya que me había compradro un nuevo celular con mayor memoria que el anterior y más "cute".
El día de ayer yo estaba más que lista para irme a trabajar, entonces tomé mi celular y los auriculares (porque siempre me iba escuchando musica) y salí de mi casa en busca de un taxi. Por fin encontré uno y me fui hacia la oficina, muy ese día no me dieron ganas de ir escuchando música. Cuando llegué a mi oficina noté que me faltaba algo pero no sabía qué era, por lo que empecé a sacar lo que traía en mi bolsa: maquillaje, lentes, llaves, agenda, auriculares (inmediatamente al verlos caí en cuenta que el siguiente artículo tenía que ser mi celular)
Busqué en cada rincón de mi bolsa y de mi pantalón sin encontrar señales de vida, comenzé a marcar a mi cel con la esperanza de escucharlo y decir "aqui 'ta" pero el resultado era un "auch, no 'ta", por lo que mi desesperación aumentaba. Entonces me dije a mí misma: "tranquila, seguramente lo dejaste en la casa", así que le marqué a mi mamá y le pedí que lo buscara; el resultado: tampoco estaba en casa.
Toda la mañana estuve marcando con la esperanza que un alma caritativa lo encontrara y me lo devolviera (pues no tenía ni el mes con él), pero no fué así. Tristemente, esto solo fue un reflejo de lo malas personas que podemos ser a veces, confirmé que la honestidad es un término que gran parte de la gente la desconoce, tal vez hayan escuchado la palabra, pero no conocen el significado. En fin, como dicen las abuelitas: "todo se paga en esta vida, tarde que temprano, y todo lo malo que tú hagas se te revertirá triplicado" o como decía Gloria Treví: "pero hay un Dios que todo lo ve"
Yo, por mi parte, aprenderé a ser más cuidadosa con mis cosas (sobretodo con mis celulares)y como autocastigo, me compraré un celular "cute" hasta que sea mi cumpleaños, pero tampoco estaré incomunicada (no me borren), tendré un celular de los baratones, de esos que si se te pierden te los regresan.

Nota: Se aceptan donativos para la compra de mi próximo celular. Favor de mandar el dinero en efectivo.